2021: AMISTAD - Vol XLIII nº 1 y 2

Ezequiel Achilli: Médico, psicoanalista. Miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA) y de la International Psychoanalytical Association (IPA). Magister en Psicopatología y Salud Mental del Instituto Universitario de Salud Mental (IUSAM de APdeBA).

…es un fantasma que ni siquiera desaparece,
porque no tiene la capacidad de cesar.
(J. L. Borges)

Por su singularidad desde sus inicios el psicoanálisis ha recurrido a diferentes formas discursivas; cartas que vienen y van 1, manuscritos (breves), artículos en sus formas más variadas, ensayos literarios, actas de reuniones, prólogos a libros, algún que otro diario íntimo 2, revistas institucionales, notas de divulgación pública y hasta biografías, autobiografías y, por qué no, psicografías. Hoy también contamos con los Archivos Freud en Washington…, pero fundamentalmente con eso que se nos escurre entre los dedos e implica la transmisión. En Argentina no podía ser de otra manera, por lo que considero que para abordar el tema de la recepción del psicoanálisis en nuestro país es necesario remitirnos a quienes recuperaron los materiales previos a la creación de las instituciones. Comenzando por el primer estudio y compilación de la recepción de las ideas freudianas, de Hugo Vezzetti, en su libro de 1986, Freud en Buenos Aires. 1910-1939, y también con las Aventuras de Freud en el país de los argentinos; “ha habido freudismo —y en cierto sentido han habido freudianos— cuando aún no había psicoanalistas”. (Vezzetti, 1996, p. 8) Los primeros en nutrirse del pensamiento y la obra de Freud fueron grupos de poetas, filósofos, movimientos antifascistas y otros tantos de izquierda. Creo entonces, que la recepción está atravesada por la política (en su acepción más amplia) y así continuó… a veces favoreciendo las ideas vienesas y otras tantas en su contra.

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* Estas son algunas de las palabras pronunciadas en Centro Argentino de Historia del Psicoanálisis, la Psicología y la Psiquiatría de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, en la actividad; Freud, a 80 años de su muerte. Recepción, transmisión e institucionalización del psicoanálisis en Argentina.
1 Incluso entre Viena y Latinoamérica.
2 Como los de Lou Andreas Salomé, Sándor Ferenczi…

Poco antes de la creación de APdeBA y de la última dictadura militar, Marie Langer dijo; “ya somos muchos los que llegamos a la conclusión de que psicoanálisis, marxismo y revolución no son excluyentes, y perdimos la fobia al mundo de fuera de nuestra institución” (Achard de Demaría et al, 1971, p.135). De esta frase parece desprenderse cierta idea acerca de una institución que funcionaba como un lugar protector separado del afuera al que era necesario regresar, pero del que proponía alejarse. Como sabemos, así nace primero Plataforma Internacional (movimiento integrado por franceses, italianos, suizos y argentinos, en 1971), y poco tiempo después Documento. Esta podría haber significado quizás esa necesaria vuelta a Freud ya que cuestionaban el aislamiento institucional.

Es momento de mencionar algunos hechos previos: Freud y todo su círculo se habían dedicado a cuestiones sociales y hasta políticas con un compromiso sin par. Wilhelm Stekel invita al grupo a quitar del Código Penal de Austria un artículo que penalizaba la homosexualidad… Algo similar sucede con Sándor Ferenczi 3, quien propone que la homosexualidad dejara de considerarse una enfermedad… Estamos hablando de 1906, el mismo año que en Argentina José Ingenieros pública (aunque desde la crítica) un primer texto de Freud (y Breuer). Freud mismo llevó adelante el primer análisis de pareja, de Axil y James Strachey, ambos homosexuales. Es más, este tratamiento representó el análisis didáctico de ambos y sus ingresos a la IPA. O la carta de Freud de 1935 a una madre que consulta por su hijo, y a quien Freud le dice; “La homosexualidad no es, desde luego, una ventaja, pero tampoco es nada de que uno deba avergonzarse, un vicio o una degradación; ni puede clasificarse como una enfermedad…” (Jones, 1953, p. 214). Por estas tierras, en cambio, aún hoy se escuchan los ecos de una malsana lectura de Freud.

3 Siendo presidente del Comité internacional humanitario para la defensa de los homosexuales.

Lo mismo sucede con algunas políticas de despenalización del aborto, a partir del trabajo de Margarethe Hilferding, la primera socia de Viena, quien en 1910 se pronunció sobre la necesidad de permitir la elección de interrumpir un embarazo no deseado ya que no existe un instinto maternal natural. Freud la apoya. Nos es conocido también el episodio en el que muere Sophie, hija de Freud, el cual dice que su hija muere: “en vista de una ley necia e inhumana que obliga a continuar con el embarazo aún a mujeres que no lo desean…” (Freud, [1935 (2013)] 4, p. 605). Su hija no murió a causa de un aborto mal realizado, pero Freud deja sentada su opinión al respecto de una ley necia e inhumana que penalizaba el aborto y no permitía la educación sexual (aquí, 100 años después, el panorama no es muy diferente).

4 Freud, S. ([1935 (2013)]. Cartas a sus hijos (Trad. F. Martín y A. Obermeier)

¿Por qué se lo acusa a Freud de ortodoxo, anacrónico, desde la derecha y desde la izquierda, cuándo Freud se preocupó y también se ocupó, por ejemplo, de que la mujer tuviera acceso a estudiar medicina en Viena? En sus reuniones, hacia 1937, se contaba casi con la misma cantidad de mujeres que de varones. Fue el primer grupo científico en el que esto sucedió. El pensamiento de Simone de Beauvoir nace de la inspiración de una las primeras feministas, Helene Deutsch, quien discutía en las reuniones de los miércoles con feministas reformistas y conservadora/es; con todo el grupo. También estaban Lou Andreas Salomé, Marie Bonaparte, Joan Riviere… etc.

Siguiendo esta línea trazada, desde 1919 (exactos 102 años), Freud abogaba por un psicoanálisis del pueblo ya que las neurosis generan, según él, tanto o más daño en la salud pública que la tuberculosis. La creación del Ambultoruim de Viena y poco antes el Policlínico de Berlín, funcionaron como un abrazo, en tanto límite al dolor ajeno, a través de la asistencia de quienes no podían costear los gastos de un tratamiento y a las víctimas de la guerra; Wilhelm Reich y su red de clínicas gratuitas; La escuela de Anna Freud —aún vigente—; Ferenczi con la clínica de Budapest, también gratuita… Freud y todo su grupo eran, como dice Elizabeth Ann Danto “verdaderos agentes de cambio y esto significaba para ellos un verdadero desafío a los códigos políticos convencionales; una misión social más que una disciplina médica”. (Danto, 1993, p. 20) Entonces, la participación social del psicoanálisis, desde sus orígenes, era comprometida y con temas que sorprenden por su vigencia.

¿Por qué este aspecto de nuestra área es un lenguaje olvidado dentro de nuestras instituciones, y porqué esos movimientos de los 70´s tampoco lo lograron?

Freud seguía esperando ya que para él “…las ideologías del superyó perviven en el pasado, la tradición racial y nacional, (y) sólo muy lentamente ceden a las influencias del presente” (Freud, 1932, pp. 3138-3139) 5. La muerte de Freud también sucedió en el contexto de una dictadura, quizás la más terrible y dura de la historia.

5 En esta oportunidad elijo, por la fuerza lograda, la traducción de López Ballesteros y De Torres de “La descomposición de la personalidad psíquica”. En Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis (1932).

¿Por qué para la participación social deberíamos alejarnos de Freud? Aparentemente por alguna razón le quitamos una pata a la mesa ya que además del análisis personal, las supervisiones y los seminarios, en la formación ofrecida por las primeras instituciones también existía la participación institucional y social (en el Ambultorium por ejemplo). Eran 4 las patas de la formación.

Freud comienza a volver a la Argentina, muy de a poco, y si bien lo hace en ese contexto de revolución cultural, retorna -creo yo-, como sucedió en Francia, de la mano de analistas no institucionalizados y ocupados en los aspectos sociales; el grupo del Hospital Aráoz Alfaro de Lanús —el Lanús—, con Mauricio Goldenberg o el servicio de Psicopatología del Hospital Israelita Ezrah con Ricardo Avenburg 6. Pero fundamentalmente, y para nombrarlos viene a mi memoria un fragmento de un tango que habla del “trío más mentado que pudo haber caminado por esas calles del sur”. Me refiero al trabajo de Ricardo Avenburg, Jorge Carpinacci 7 y Roberto Polito. ¡Cuán difícil me ha resultado encontrar textos que hablen sobre ellos! También debemos mencionar a quienes se sumaron a dar este paso importante; Guillermo Brudni, Luis Hornstein, el filósofo (de escuela francesa) León Roszitchner… y tantos otros que trabajaron en la transmisión amistosa —diría yo— de las ideas freudianas.

6 También fomentan el regreso Freud la llegada del trabajo de los biógrafos; Stefan Zweig, la historia contada por Ernest Jones que llega a la Argentina en los 60´s. O El autoanálisis de Freud, que Didier Anzieu escribe de 1959 y Hermano animal, de Paul Roazen, de 1969, por dar apenas unos ejemplos.
7 Es de destacar su participación en el Centro Etnopsiquiátrico de Buenos Aires, dependiente del Alto Comisionado para la Atención de Refugiados de Naciones Unidas.

Ricardo Avenburg, además, dejó sentada su idea respecto de la propuesta de Marie Langer en su texto Psicoanálisis y/o revolución, al señalar su error (el de Langer) de pensar que Freud se centra sólo en fantasías arcaicas y no en la realidad candente. Algo similar sucede con su libro El aparato psíquico y la realidad (1975). Su interés era incluir todos los niveles intermedios desde el pecho hasta la política, ya que Langer pasaba directamente del pecho a la política. Además de una gran cantidad de grupos de estudios sobre la obra Freud (de varios años), Ricardo tuvo también numerosos grupos terapéuticos (que funcionaron de manera simultánea; llegaron a ser 17), y en una época en la que era riesgoso estar en grupo.

Es de destacar también el primer ambiente universitario de psicología y los pequeños (o no tanto) grupos de lectura y discusión que incluso dieron nombre a un barrio porteño. Villa Freud ligaba en sus cafés, como sólo Eros lo sabe hacer, a aquellos psicólogos que no podían ingresar a las instituciones y a otros tantos ocupados también en lo social, cuando salían de analizarse y estudiar la obra de Freud.

Las instituciones cambian, crecen. A veces tanto que el complejo de Edipo, como metonimia de Freud, queda nuevamente afuera y lo coloca a Freud una vez más en la dimensión de un fantasma que ni siquiera desaparece, como dice Borges, y que no cesa porque sabe esperar al viento que le permita retornar.

Al debate acerca de la despenalización del aborto en Argentina, como a otras tantas discusiones (como el casamiento igualitario o temas de identidad de género, —incluso la identidad de género de niños pequeños—…), las instituciones psicoanalíticas y sus psicoanalistas hemos llegado tarde. O peor aún, no hemos llegado ya que nuestra participación en las audiencias públicas ha sido sorprendentemente baja, casi nula. ¿No son los debates sociales y públicos, que elaboran posteriores políticas de estado, también los lugares que los fundadores, con Freud a la cabeza, nos enseñaron a ocupar?

Max Bloch en Introducción a la historia (1956) señala que “la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado… La ignorancia del pasado no se limita a impedir el conocimiento del presente, sino que compromete, el presente en la acción”. 8 Así, la anulación, el exilio de algunas voces que hablan de experiencias institucionales previas, apaga las costumbres y eso influye en el presente y también en nuestro futuro.

Pero seguiremos estudiando a Freud ya que es él quien nos interpela en lo in-dividual (en lo indivisible de lo social) y nos interroga respecto del grupo humano al que pertenecemos.

8 Citado por Miguel Leivi en su artículo; Historización, actualidad y acción (1995); en Psicoanálisis, de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, 17(3), p. 592.

En uno de sus ensayos literarios Freud señala que la transitoriedad cultural enaltece su valor y que la restricción en la posibilidad del goce lo torna aún más apreciable (como a una flor). Culmina su escrito diciendo (y yo con las palabras de él):

Con sólo que se supere el duelo, se probará que nuestro alto aprecio por los bienes de la cultura no ha sufrido menoscabo por la experiencia de su fragilidad. Lo construiremos todo de nuevo…, y quizá sobre un fundamento más sólido y más duraderamente que antes. (Freud, 1915, p. 311)

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Resumen: Freud y todo su grupo desafiaron los códigos políticos convencionales y se embarcaron en una misión social comprometida con temas que sorprenden por su vigencia. ¿Por qué “olvidamos” este aspecto del psicoanálisis y por qué los movimientos de los años setenta tampoco lo lograron? ¿Qué sucede hoy? Al debate acerca de la despenalización del aborto en Argentina, como a otras tantas discusiones (como el casamiento igualitario o temas de identidad de género) las instituciones psicoanalíticas y sus psicoanalistas hemos llegado tarde o, peor aún, no hemos llegado. ¿No son los debates sociales y públicos, que elaboran posteriores políticas de estado, también los lugares que los fundadores, especialmente Freud, nos enseñaron a ocupar?

Descriptores: Análisis institucional, Historia del psicoanálisis, Ideología, Institución psicoanalítica, Lazo social, Transmisión.

O que o nosso passado perguntaria sobre o presente institucional?

Resumo: Freud e todo o seu grupo desafiaram os códigos políticos convencionais e embarcaram em uma missão social comprometida com questões que são surpreendentemente relevantes. Por que «esquecemos» esse aspecto da psicanálise, e por que os movimentos dos anos 1970 também não o fizeram? O que acontece hoje? Ao debate sobre a descriminalização do aborto na Argentina, como a tantas outras discussões (como casamento igualitário ou questões de identidade de gênero), as instituições psicanalíticas e seus psicanalistas chegaram tarde ou, pior ainda, não chegamos. Não são os debates sociais e públicos, que posteriormente elaboraram as políticas de Estado, os lugares que os fundadores, principalmente Freud, nos ensinaram a ocupar?

Descritores: Análise institucional, História da psicanálise, Ideologia, Instituição psicanalítica, Laço social, Transmissão.

What thing from the institutional present would challenge our past?

Abstract: Freud and his entire group defied conventional political codes and embarked on a social mission committed to issues that are surprisingly relevant. Why do we «forget» this aspect of psychoanalysis, and why did the movements of the 70s fail to do so either? What happens today? To the debate about the decriminalization of abortion in Argentina, as to so many other discussions (such as egalitarian marriage or gender identity issues), psychoanalytic institutions and their psychoanalysts have arrived late or, worse still, we have not arrived. Are not the social and public debates, which later elaborate state policies, also the places that the founders, especially Freud, taught us to occupy?

Descriptors: Institutional analysis, History of psychoanalysis, Ideology, Psychoanalytic institution, Social bond, Transmission.

Referencias

Achard de Demaria; L., Baremblitt, G.; Bauleo, A.; Bigliani, C.; de Bigliani, L.; Bleger, J.; Viñar, M. (1971). Cuestionamos 1. Documentos de crítica a la ubicación actual del psicoanálisis. Buenos Aires: Granica.
Freud, S. [2005]. La transitoriedad. En Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras. En Obras Completas (vol. 14). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original publicado [1916 (1915)])
. (1968). La descomposición de la personalidad psíquica. En Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis (vol. 3) Madrid: Biblioteca Nueva. (Trabajo original publicado 1932) . (2013). Cartas a sus hijos (Trad. De F. Martín y A. Obermeier). Buenos Aires: Paidós.
Jones, E. (1953). Los últimos años pasados en Viena. La etapa final 1019-1939. En Vida y obra de Sigmund Freud (vol. 3). Buenos Aires: Nova, 1959.
Leivi, M. (1995). Historización, actualidad y acción en la adolescencia. Psicoanálisis, 17(3), 585-612.
Vezzetti, H. (1996). Aventuras de Freud en el país de los argentinos. De José ingenieros a Enrique Pichon-Riviere (1ªed.). Buenos Aires: Paidós.