2022: Inconsciente, esencialmente humano - Vol XLIV nº 1

Lia Pistiner: Psicoanalista (SAP, IPA). Miembro titular con función didáctica. Analista de niños, adolescentes y adultos. Profesora de seminarios de post-grado sobre Bion y autismo de la Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Profesora de seminarios en SAP de autores post-Kleinianos. Conferencista y supervisora en Mendoza, Rosario, Brasilia, Madrid, Barcelona, Roma, Sicilia, Paris, Nantes, Caen y Praga y Moscú. liapistiner@gmail.com

…A veces en la tarde una cara / Nos mira desde el fondo de un espejo / Que nos revela nuestra propia cara / El arte debe ser como ese espejo (Jorge Luis Borges, Arte poética)

Thinking without a thinker may assume
the appearance of reality or of a hallucination.

(A Key to A Memoire of the Future, Bion, 1980).

Even in the best interpreted dreams, we are very often obliged to leave a place in obscurity. For we note, during the interpretation, that they occasion a narration of thoughts of the dream that do not allow explanation and that do not make other contribution to the content of the dream. This is the umbilicus of the dream, the place where it rests over the unknown.
(The Interpretation of Dreams, S. Freud, 1900)

I don’t suppose there will be any chance of knowing, so to speak, what a fetus thinks, but —to go on with my scientific fiction— I suggest that there is no reason why it should not feel. I think it would be quite useful to consider that some stages of fear, of intense fear, are more easily visualized or imagined by us if we think of them as thalamic fear, or some sort of glandular manifestation such as something to do with the adrenals, or what later turn out to be the genital structures. You can look at this as you like, say as memory traces, but these same memory traces can also be considered as a shadow which the future casts before.
(On a Quotation of Freud. W. R. Bion, 1976)

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El psicoanálisis debe a Bion algunos de sus momentos más profundos y originales. Él lo llevó hasta sus límites y a veces más allá de éstos y asimismo destacó como ninguno sus limitaciones y potencialidades, estableciendo un diálogo con otras disciplinas del pensamiento humano como las matemáticas y la filosofía, la literatura, la poesía, las artes y las ciencias en general. Este diálogo generó cuestiones estimulantes e innovadoras para la práctica psicoanalítica, que introdujeron modificaciones en la técnica. Así por ejemplo su postulación sobre la relación continente-contenido está en la base de la consideración técnica de que primero, en un análisis, es necesario generar continente, cuando éste falta, antes de abordar contenidos. Otro punto interesante de sus desarrollos es la transformación de las posiciones formuladas por M. Klein en una de las funciones matrices del pensar junto a la relación continente-contenido, la otra función matriz del pensar, que describió. Bion sostuvo que para desarrollar pensamientos y poder pensarlos es necesario tolerar primero un estado mental en que todavía todo está disperso (similar, pero no igual a la posición esquizo-paranoide kleiniana) hasta encontrar un hecho seleccionado que armonice lo que estaba disperso mostrando la relación entre lo que antes no estaba integrado. Estas son algunas de las ideas innovadoras que Bion desarrolló, abriendo a la consideración psicoanalítica fenómenos hasta entonces poco investigados y comprendidos, posibilitando así el abordaje desde el psicoanálisis de pacientes severamente perturbados. La mayoría de los análisis transcurren actualmente en ese espacio de frontera, esos «confines del psicoanálisis» que confrontan al analista con problemáticas, que si bien durante mucho tiempo quedaron fuera de su ámbito de acción, ahora no puede sino intentar comprender, no sólo para poder seguir operando terapéuticamente, sino porque los desarrollos de las investigaciones psicoanalíticas, tales como las de Bion, aportaron ideas que profundizaron nuestros conocimientos, ampliando nuestro campo de acción. Con la física de Newton se consideró al Universo funcionando como un reloj, a partir de la revolución que introdujeron la física cuántica, la teoría de la relatividad, el principio de incertidumbre, etc. la concepción del Universo cambia y se lo concibe más como un delfín, vivo e imprevisible. Las ideas de Bion se inscriben dentro de esas ciencias de la complejidad, al comprender la mente como un objeto vivo, un universo en expansión, que evoluciona constantemente. El psicoanálisis es una poderosa idea disruptiva, difícil de alojar y para la cual es necesario generar un continente. Freud amplió el mapa y nuestra concepción de la mente incluyendo los procesos psíquicos inconscientes. Melanie Klein avanzó en la comprensión de la vida mental y emocional del lactante. En este trabajo es mi intención tomar la sugerencia de Bion cuando sostiene que el psicoanálisis, tal como lo conocemos hasta ahora, puede no ser más que una raya de la piel del tigre o un instrumento tan rudimentario como el bastón del ciego, que amplía en algo su radio de percepción, pero sigue andando a tientas. La crisis actual de psicoanálisis, siglo XXI, nos plantea preguntas que necesitan aun ser formuladas. Con la sola afirmación de la existencia de procesos psíquicos inconscientes y que las formidables construcciones lógicas conscientes pueden no ser más que apariencias razonables al servicio de fuerzas emocionales primitivas y oscuras, el psicoanálisis ha puesto en evidencia la medida de nuestra enorme ignorancia.

Bion sostiene que la mente está todavía en un momento de desarrollo embrionario y rudimentario. Su propuesta es que necesitamos avanzar hacia espectros de fenómenos que él llama proto-mentales, prenatales, hacia la comprensión de las misteriosas transformaciones en alucinosis (Bion, 1965), investigar en profundidad la intuición psicoanalítica y el uso de la misma y sus posibles evoluciones hacia un crecimiento mental. Su hipótesis de que no basta con tener pensamientos, sino que es necesario poder usarlos para pensar, junto con la idea que puede haber otros usos, manipuladores, evacuativos, etc. nos abre nuevas perspectivas clínicas. Puede haber “pensamientos sin pensador” y no siempre en nuestra práctica nos encontramos con una mente capaz de pensar, o por lo menos no tenemos que dar por supuesta esa capacidad. Bion sostiene que los pensamientos son anteriores al pensar y son los que estimulan el desarrollo de un aparato para pensar. El análisis implica no sólo desarmar las soluciones equivocadas para los problemas emocionales que el paciente, en cierto modo, ha consolidado a lo largo de su vida, sino construir métodos nuevos más adecuados y espacios nuevos, a través del desarrollo de funciones, apoyándose en dos puntos centrales: a) el aprender de la experiencia a través del desarrollo de la función alpha y de las funciones matrices del pensar, que abren la posibilidad de ‘soñar’ en el sentido amplio como lo veremos a lo largo del trabajo, y b) del devenirse sí mismo a través del desalojo del Super-superyo usurpador de las funciones del yo, y del encuentro de un lugar dónde existir y sentirse real y al mismo tiempo evolucionar tolerando los cambios catastróficos. Experiencia es una palabra clave en el pensamiento bioniano. Las experiencias emocionales son observables a diferencia de las pulsiones que son hipótesis teóricas. Bion hace hincapié en el modelo kleiniano de las escisiones que dividen al objeto en bueno y malo, y sostiene que en las escisiones que él está describiendo no se trata del clivaje natural —tal como el descrito por Klein para la posición esquizo-paranoide, para organizar en un comienzo el mundo en bueno y malo— sino que en la parte psicótica de la personalidad se trata de ataques que fragmentan en diminutas partículas funciones del yo. Habiéndose librado del aparato para darse cuenta de la realidad externa e interna, el paciente tiene ahora un estado mental en donde no está ni dormido ni despierto. No puede estar inconsciente ni consciente. Esta descripción va a cobrar más sentido con los desarrollos ulteriores de Bion, en donde postula la necesidad de una función mental, la función alpha para desarrollar una conciencia ligada y a la vez separada, de un inconsciente. Los funcionamientos psicóticos no están ligados a un inconsciente ni a la represión. Como veremos más adelante, Bion está comenzando a cambiar las hipótesis freudianas sobre la generación del inconsciente. Son los ‘sueños’ en su versión ampliada por la función alpha, los que generan inconsciente. En un comienzo, en el bebé y de otro modo también en el psicótico, todo es consciente, pero se trata de una conciencia rudimentaria que percibe, pero no se da cuenta de lo que percibe.

Para comprender las ideas de Bion en relación a lo inconsciente tenemos que tener en cuenta por lo menos dos cuestiones: una, es que la mirada de este autor de un modo u otro siempre recae sobre el vínculo, es decir de entrada es en la relación mamá-bebé, incluyendo desde ya al padre como continente de esa relación1, dónde se juega el desarrollo del proceso de simbolización y el crecimiento mental. Además, la segunda cuestión, es que lo inconsciente no se da de entrada; como dije antes, en el bebé todo es consciente, es una conciencia rudimentaria, porque no se da cuenta o comprende lo que percibe. En las ideas de Bion nos encontramos con una modificación al concepto kleiniano de identificación proyectiva: para Bion en un comienzo la identificación proyectiva realista es un modo primitivo de comunicación que, si es recibida y transformada por el reverie materno, puede ser introyectada por el bebé como algo que es posible asimilar a su personalidad. Si esta comunicación no es recibida y transformada, se hipertrofia y entonces ya no se trata de una identificación proyectiva hacia el interior de un objeto, sino que la identificación proyectiva hipertrofiada implica una explosión, en la que las partículas pueden dispersarse en un espacio, que no es tridimensional, sino un espacio con las características aterradoras de ser vasto e infinito como el espacio astronómico. No se trata, como ya dijimos de una disociación del objeto y del yo en bueno y malo, sino de una fragmentación minúscula. Puede también tratarse de una implosión, como en otro modelo que Bion va a utilizar más adelante, el del shock quirúrgico: el paciente se desangra en sus propios capilares por falta de continente. Podemos pensar en el paciente catatónico, como un ejemplo extremo de implosión. El paciente se siente preso en un estado mental del cual no puede escapar porque le falta el aparato para el contacto con la realidad. En mi opinión está describiendo de un modo novedoso las ansiedades claustrofóbicas y agorafóbicas, relacionadas con la carencia de instrumentos para construir un espacio para la realidad psíquica. No poder construir este espacio está asociado a una dificultad de diferenciar entre una imagen mental o una idea y una cosa. Es decir, refiere al proceso de simbolización. O a sus fallas. Los fragmentos como consecuencia de la explosión y evacuados rodean amenazadores al paciente. Estos fragmentos son como objetos bizarros planetarios que rotan alrededor del paciente. Los objetos bizarros están constituidos por aspectos de la personalidad (trozos de yo, de Superyó, de funciones mentales) contenidos o continentes, englobados o englobando objetos externos. Más adelante Bion va a hablar de elementos beta, como aquellos elementos cuando no se ha desarrollado un proceso de simbolización, pero es necesario diferenciar los elementos beta del bebé —que Meltzer llama beta virginales— de los elementos beta psicóticos que podrían asimilarse a lo que Bion llama objetos bizarros. Los objetos bizarros son como un aglomerado y son conscientes a diferencia de un objeto con esas características que puede aparecer en un sueño o en un cuadro surrealista y que implican una barrera de contacto y un inconsciente. Con la identificación proyectiva hipertrofiada el paciente vive en un mundo que no es el mundo de los sueños, sino un mundo de cosas que son habitualmente el moblaje de los sueños. Es decir que, en lugar de usar las impresiones sensoriales para dar forma de pensamiento onírico a las experiencias emocionales, estos objetos, con restos de la personalidad —restos de yo y de Superyó— pegados, funcionan con toda su concretud acosando al paciente y son conscientes (conciencia rudimentaria). Mientras la personalidad neurótica reprime, y ahí podemos hablar de barrera de contacto y de inconsciente, la personalidad psicótica recurre a la identificación proyectiva. En la parte psicótica de la personalidad no hay modo de construir un espacio interno para la realidad psíquica. Si no hay espacio para los ideogramas y para los sueños y éstos son evacuados, los problemas psíquicos y emocionales no pueden ser resueltos, porque sin sueños y fantasías no hay modo de formular el problema, de representarlo. Si no se puede formular tampoco es posible de resolver. Para poder pensar y soñar (que es un modo de pensar) se necesita el desarrollo del proceso de simbolización: Bion se va a referir a lo que llamó función alpha, una función que permite diferenciar ideas de las cosas en sí. Para que haya consciente e inconsciente hace falta la “barrera de contacto” que está formada por elementos alpha. La barrera de contacto es lo que separa y al mismo tiempo mantiene en contacto consciente e inconsciente: separa para que las fantasías inconscientes no invadan el pensamiento consciente y al mismo tiempo permite la comunicación entre consciente e inconsciente como tenemos evidencia a través de los sueños, actos fallidos, etc.

1 Didier Houzel, conocido psicoanalista francés, usa una imagen arquitectónica interesante: la función del padre es el contrafuerte que sostiene el muro (que representa a la función de la madre, que es la de contener al bebé).

Bion extendió el significado de la palabra ‘sueño’ para comprender algunas circunstancias del análisis de pacientes severamente perturbados. Las experiencias emocionales (ya sea en el estado mental despierto o dormido) tienen que ser ‘soñadas’ para poder ser asimiladas a la personalidad. Los ‘pensamientos oníricos’ surgen de algún hecho ‘no digerido’. Como ya lo mencioné Bion diferencia entre una conciencia rudimentaria que percibe y no se da cuenta de lo que percibe y una conciencia evolucionada que percibe y se da cuenta de lo que percibe. La conciencia evolucionada está asociada a una función que Bion llamó función alpha. La función alpha opera sobre las impresiones sensoriales y emocionales de las cuales el paciente se da cuenta (conciencia evolucionada). Si la operación es lograda se producen ‘elementos alpha’ que son aptos para ser almacenados y para el requerimiento de los ‘pensamientos oníricos’. ‘Soñar’ en su sentido ampliado es parte del proceso de digerir las crudas experiencias emocionales. Los hechos en sí mismos no tienen significado, los sueños pueden tener significado y el significado es el nutriente de la mente. En cierto modo el pensamiento de Bion en ese sentido cuestiona o no se limita al punto de vista de Freud de que el sueño es la satisfacción alucinatoria de un deseo infantil reprimido, ya que la alucinación está dirigida a desembarazar la psique de aquello que no puede tolerar, mientras que el ‘trabajo de sueño alpha’ opera en una dirección contraria, hacia la formulación, la contención y el almacenamiento de experiencias emocionales. La función alpha no opera sólo de noche, sino que desarrolla una actividad continua de día y de noche de digerir experiencias emocionales. Sólo a partir de la transformación en elementos alpha, las experiencias emocionales pueden ser metabolizadas, ser conscientes y devenir inconscientes y ser usadas en los distintos usos que Bion formula en La Tabla: tales como: hipótesis definitoria, resistencia, registro, atención, indagatoria, etc. Los elementos alpha, producidos por la operación de la función alpha pueden articularse y desarticularse y forman un retículo que constituye la barrera de contacto. Los elementos alpha son los precursores de la memoria, son los que posibilitan el pensar inconsciente de vigilia y el pensamiento onírico. Son los elementos con los que se forman los modelos y los sueños.

Bion a lo largo de su obra concibe la vida mental y el psiquismo del ser humano como algo animado, vivo y en evolución. La detención del desarrollo implica una inversión de esa evolución y su consecuencia es el deterioro mental. Laplanche y Pontalis (1967, 1983) refiriéndose a los orígenes del inconsciente, sostienen que dos mecanismos originales descriptos por Freud —la represión y las proto-fantasías— no han sido relacionadas por él. Ellos sugieren que ambos realizan el mismo rol, pero no está claro en esta sugestión, en qué orden ocurren. Bion, siguiendo la tradición freudiana, reconoce que uno de los descubrimientos fundamentales del psicoanálisis es la existencia de estados mentales primitivos, pensamientos prenatales e ideas primitivas, que son como vestigios en la personalidad de estas formas de funcionamiento. En el artículo “Cesura” (1977) inspirado por una cita de Freud en “Inhibición, síntoma y angustia” dice:” hay mucha más continuidad entre la vida intrauterina y la más temprana infancia que lo que la impresionante cesura del nacimiento nos permite creer”. Bion postula que hay situaciones clínicas que pueden pasar totalmente desapercibidas porque no forman parte, ya sea de lo que llamamos inconsciente, ni de lo que llamamos consciente. Pertenecen a una tercera área: mucho más primitiva y que puede considerarse como estados mentales inaccesibles. Considera que el sentido de realidad se da de entrada en el ser humano, hasta el feto tiene sensaciones y estados proto-mentales, que son conscientes pero inaccesibles porque no pueden tener un significado. Bion usa un modelo digestivo: son experiencias emocionales ‘no digeridas’, en el bebé tienen que ser ‘soñadas’ por el reverie materno y en un análisis por la función ‘alpha’ del analista. A la larga el bebé introyecta esa función desintoxicante y dadora de significado (la función alpha) y lo mismo podemos decir del paciente en el trascurso de un análisis. Esto no sólo implica el pasado, esta función arroja su sombra sobre el futuro y se abre al desarrollo de potencialidades. Otro punto interesante del pensamiento de Bion, que se acerca al pensamiento de Winnicott, es su postulación, en la última parte de su obra, es que el desarrollo de la personalidad y de la función psicoanalítica de la personalidad implica el devenirse “uno consigo mismo”. Para ello utiliza una expresión “at-one-ment” en la que combina ‘at-one’ que implica ‘unicidad’ con ‘atonement’ que en inglés significa expiación y alude al Superyo: de esa manera contrasta el estado mental de de “ser uno con uno mismo” del estado mental de culpa y expiación que alude al Superyo.

Cuál es la importancia de estas ideas de Bion para nuestra práctica psicoanalítica: por de pronto poner el acento en el devenirse, es decir en el desarrollo de la personalidad, como algo vivo, a lo largo de toda la vida. Dentro de ese desarrollo está la capacidad de pensar estimulada por lo que Bion denomina elementos alpha, dónde Bion también pone el acento en la importancia en la comunicación con el paciente —sobre todo con aquellos con perturbaciones en los procesos de simbolización— de la “construcción de sueños, de mitos, personificaciones”. Para posibilitar esa construcción en el paciente, hace falta que se desarrolle la función alpha, con la barrera de contacto entre consciente e inconsciente, que nos permita estar en contacto con la realidad despierta (consciente) y al mismo tiempo “soñar” esa realidad a nivel inconsciente, nutriéndonos con significados. La idea de la función alpha (Bion 1962) la podemos considerar con el modelo de un sistema digestivo: la función alpha, que está al servicio de ‘digerir’ experiencias emocionales, genera elementos alpha, es decir elementos que son ideas, fantasías, que no son ‘las cosas en sí’ y estos elementos alpha son imprescindibles para que se pueda formar la ya mencionada “barrera de contacto” entre consciente e inconsciente. Otro modelo que Bion usó, es el de equiparar consciente con estar despierto e inconsciente con estar dormido. Lo que Bion llamó elemento beta, son las experiencias no digeridas, que pueden formar una ‘pantalla beta’ compuesta por elementos beta, experiencias ‘no digeridas’ en dónde no se diferencia una ‘cosa en sí’ de una idea o fantasía, son conscientes pero con una conciencia precaria que no diferencia mundo externo de mundo interno. La barrera de contacto está formada por elementos alpha. Un bebé todavía carece de barrera de contacto y para formarla necesita del ‘reverie’ materno; de otro modo, el psicótico también carece de barrera de contacto y por lo tanto un delirio, cuyo contenido —para un neurótico— podría aparecer en un sueño o en una fantasía inconsciente, en un psicótico, que carece de barrera de contacto, aparece como si fuera un hecho de la realidad: entonces tiene, delirios, alucinaciones. La función alpha genera una especie de red —la barrera de contacto— que posibilita diferenciar claramente mundo externo de mundo interno. Si este proceso falla, no hay barrera de contacto, no hay diferenciación consciente-inconsciente, todo es consciente, con sus consecuencias de confusión entre mundo externo. Mientras el neurótico reprime y sueña y el artista puede crear ficciones, el psicótico delira y alucina pues carece de la función alpha que genera los elementos alpha, que forman esa barrera de contacto entre consciente e inconsciente.

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Resumen: Bion desarrolló ideas innovadoras abriendo a la aproximación psicoanalítica fenómenos poco investigados y comprendidos, posibilitando el abordaje psicoanalítico de pacientes severamente perturbados. Propone que necesitamos avanzar hacia espectros de fenómenos proto-mentales, prenatales. Sostiene que las escisiones que él describe no se trata del clivaje natural, en la parte psicótica de la personalidad son ataques que fragmentan en diminutas partículas funciones del yo. Habiéndose librado del aparato para darse cuenta de la realidad externa e interna, el paciente tiene ahora un estado mental en donde no está ni dormido ni despierto. No puede estar ni inconsciente ni consciente.

Descriptores: Protomental-prenatal, Pacientes severamente perturbados, Escisión.

Resumo: Bion desenvolveu idéias inovadoras, abrindo fenômenos pouco pesquisados e compreendidos para a aproximação psicanalítica e possibilitando a abordagem psicanalítica de pacientes severamente perturbados. Propõe que precisamos avançar para espectros de fenômenos protomentais, pré-natais. Sustenta que as cisões descritas por ele não se tratam de clivagem natural, na parte psicótica da personalidade são ataques que fragmentam em diminutas partículas funções do eu. Liberado do aparelho para se dar conta da realidade externa e interna, o paciente tem agora um estado mental onde não está nem dormido nem acordado. Não pode estar nem inconsciente nem consciente.

Descritores: Protomentais-prénatal, Pacientes severamente perturbados, Cisão.

Abstract: Bion developed innovating ideas opening towards a psychoanalytic approach phenomena that had until then little research and comprehension, making possible the psychoanalytic approach of severely disturbed patients. His proposition is that we need to go further towards aspects of the personality such as proto-mental, prenatal phenomena. He postulates that the splitting that he describes is not a natural split, in the psychotic part of the personality what we see are attacks that split of in minuscule particles ego functions Having achieved getting out of the apparatus that is aware of external and internal reality, the patient has now a mental state where he is neither asleep nor awake He cannot be unconscious nor conscious.

Descriptors: Protomental–prenatal, Severely disturbed patients, Splitting.

Referencias

Bion W.R. (1981). A Key to a Memoir of the Future. London: Clunie Press.
—(1977). Caesura. Río de Janeiro: Imago. . (1976). On a Quotation from Freud. En Clinical Seminars and Four papers. London: Karnac.
—(1994). On a Quotation from Freud. En Clinical Seminars and Four papers. London: Karnac.
Freud, S. (1900). La Interpretación de los Sueños. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu.
Laplanche. J. & Pontalis, J. (1968). Vocabulaire de la Psychanalyse. Paris : Presse Universitaire de France.