2022: Paisajes pulsionales - Vol XLIV nº 2

Alicia Leisse de Lustgarten: Psicólogo Clínico, y Psicoanalista, Miembro Titular en función didáctica de la Sociedad Psicoanalítica. de Caracas (SPC), API y FEPAL. Miembro invitado de la Asociación Psicoanalítica de Madrid y del Centro Psicoanalítico Valenciano. Exdirectora General del Instituto latinoamericano de psicoanálisis ILaP 2012-2016. Representante latinoamericana en el Board de la IPA 2009-2013.

Resumen: Resaltar algunas ideas centrales en las teorizaciones de Janine Puget, es la propuesta de este trabajo. Pretendo destacar aportes innovadores como el psicoanálisis vincular, la lógica del dos, y otras aproximaciones de tenor metapsicológico, para dar cuenta de una línea de pensamiento central en la práctica psicoanalítica contemporánea, de cara al sujeto en su devenir con el mundo social.

Descriptores:Vínculo, Intersubjetividad, Otro, Acontecimiento, Incertidumbre, Subjetivación.

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El recorrido por el pensamiento de Janine Puget, necesariamente recortado desde mi exposición, me lleva en primer lugar, a honrar la obra abundante y creativa desde un eje central que ocupa a un psicoanalista: sostener el interrogante analítico que da cuenta de un decir inconsciente para procurar vías de cara a nuevas causas que atañen al sujeto. En lo que hoy nos ocupa: el vínculo con el otro en la amplia gama de encuentros que dicho vínculo comporta. En ese andar acucioso que instituye conceptualizaciones teóricas de rigor psicoanalítico, Puget transpondrá las fronteras del acontecer psíquico singular con los referentes metapsicológicos que se sostiene desde la lógica del Uno, para abrir puertas al escenario vincular, que reúne a dos o más personas; sea que hablemos del par analítico, del sujeto en su encuentro con el otro de la alteridad, del grupo o del entorno social. Cada uno de estos encuentros tiene efectos subjetivantes, a la vez que rige allí, otra lógica, la lógica del Dos, con principios específicos. Nos detendremos en esto más adelante.

Portando una suerte de bandera de coloridos teóricos novedosos, la autora propone nuevas premisas para llevarnos de la mano del mundo intrapsíquico —terreno prínceps del psicoanálisis— al vasto escenario que refiere al sujeto en su relación con otro, el otro del vínculo, tanto como el otro social. Somos sujetos del inconsciente, también de la cultura.

Desde muy temprano en su vida en Argentina en la década de los 40, Puget mostró en sus trabajos la propuesta de ir más allá del setting clínico clásico. El efecto de haber cambiado de referente cultural desde un país europeo a uno latinoamericano y las condiciones sociopolíticas con las que se encontró, bien pudieron intervenir en una mirada diferente a ese otro que también le era nuevo. El inconsciente, universo común a todos los sujetos, no es una caja cerrada. Cómo se articula, es una experiencia inédita intervenida por otros ámbitos, desde la perspectiva de una vida en movimiento. El pensamiento de la autora detona la producción en escenarios diversos que atañen a la teoría y a la clínica. Un ejemplo de ello, es el trabajo psicoanalítico con parejas, con familias y con grupos que no circulará por las subjetividades individuales de cada quien, sino que atenderá el “vínculo con” o “en función de”, desde la alteridad y desde el efecto que esa alteridad deja en cada quien tanto como en la configuración vincular como tal.

Puget se aventura en territorios no solo relevantes, también polémicos, que darán un giro desde los escritos sociales de Freud para incluirlos en el visor del sujeto desde nuevas configuraciones. Nos dice acerca del mundo social, (2015): “Ocupa en mi cuerpo teórico un espacio que le es propio, que tiene sus propias reglas, su propia característica y no puede ser pensado como uno de los derivados de la constitución de la subjetividad singular”. Sin duda, un tema en sí mismo, uno de los recortes pilares desde el que parten las teorizaciones de Puget, derivarán en nuevas vías de abordaje y en modificaciones técnicas que no dejara de hacer valer como instrumentos psicoanalíticos de pleno derecho. Agrega la autora: “El inconsciente fue un enorme y fantástico descubrimiento de Freud. Pero en algunas ocasiones, si queremos reducirlo a lo que está pasando entre dos o más sujetos, tanto en lo vincular como en el mundo social, a una inscripción inconsciente o a que es producto de alguna especie de inconsciente colectivo, reducimos terriblemente el problema y la complejidad del tema que se refiere a aprehender, lo que se va constituyendo en cada momento, lo que va ocurriendo en el presente”.

Vale decir, que sea que leamos a Janine, o la escuchemos de viva voz, pareciera estar siempre en posición de desacuerdo con el otro de su interlocución, sea en las ideas que se traen desde lo psicoanalítico o desde el encuentro en el dialogo con enfoques comunes. No es inusual oírla decir, como en aquel Ateneo que compartía con Nemirovski, (2015) “¿Ves que estamos más de acuerdo”? diceél. “Es lo que no quiero, estar de acuerdo contigo”, replica Puget.

Subrayará: “Lo pienso y lo hago como me parece a mí, como me surge, dado que supongo que desde las diferencias estoy construyendo mi aporte. Me gusta discutir con otro autor y dar cuenta de nuestras diferencias”.

Las ideas de Puget, vinieron de la mano con la época de las confrontaciones políticas que vivíamos en nuestro país. Queríamos pensar en estas catástrofes, ahora nuestras, en un entorno crecientemente desestabilizador, desde un enfoque de lo que dimos en llamar, “el psicoanálisis de cara a lo social”. Nos conminaba una nueva realidad. No éramos originales en esa nominación; tampoco en esta indagación. Pero posiblemente si, en la contemporaneidad obligatoria que nos convocaba con más urgencia, así como en la consideración de los efectos subjetivantes que ello comportaba para los que nos requerían. Suscribimos la afirmación, que el sujeto, en su recorrido, no cesa de abrirse a nuevos entramados. Nos relata Claudia Álvarez de su encuentro con Janine Puget, (2018) “Al inicio del diálogo, al preguntarle acerca de su historia de vida, me ofreció un artículo de Carlos Pachuk, quien escribió una biografía de ella titulada, “La Discontinuidad. . . Una Vida” en la que destaca que “haber emigrado siendo una joven, de Francia a Argentina y encontrarse con un fértil entorno psicoanalítico en una realidad social convulsa, enla dictadura y la violencia argentina de esa época, marcaron su tránsito psicoanalítico por nuevasideas, teorías y prácticas”.

Es lo que queremos subrayar. Nuestras crisis vitales, desde fuera o desde dentro del sujeto, nos llevan a procurarnos nuevos paradigmas en tanto los que tenemos no alcanzan y así, abrir ventanas para atender la realidad externa, específicamente al otro y al referente social. El efecto más inmediato en la clínica, es situar en el diván psicoanalítico, al sujeto con el otro, a la pareja, tanto como a la familia y al grupo, y hablar de psicoanálisis “con” y no psicoanálisis “de”.

Años atrás, en el marco del 48º. Congreso de la IPA, celebrado en Praga (2013) estuve presente en el Panel de Homenaje a analistas de dilatada trayectoria, en la que destacaban aportes innovadores. Entre ellos estaba Janine Puget; Alejandro Legfal, (2020) en sus notas recordatorias, acota:

La conocí muy tarde y con sus jóvenes noventaiún años, nos contó de sus proyectos, de sus entradas para ir a la ópera, de sus últimas lecturas. Me impresionaron su vitalidad, sus ganas y su curiosidad. Nunca volvimos a encontrarnos. Siempre estaba muy ocupada… trabajó casi hasta el final, atendiendo pacientes, presentando libros, dando conferencias. El sábado 31 de octubre, cinco días antes de su muerte, a pesar de su gran dificultad para respirar, participó de manera virtual en una mesa redonda en el Congreso de FEPAL. En su intervención llamó a los analistas a salir de su “zona de confort”. 

Conocí personalmente a Janine, hace unos pocos años, a raíz del Segundo Congreso Internacional «Psicoanálisis de familias y parejas”, celebrado en Madrid (2017). En nuestra Sociedad local, ya la estudiábamos algunos, a la par que atendíamos distintas vías de investigación desde los intereses teóricos y clínicos de cada quien. En mi caso, siempre me convocaron los grupos y el trabajo con parejas, desde mi experiencia personal y en recorridos diversos del quehacer clínico.

El estudio sistemático de la propuesta de Puget de un psicoanálisis vincular, diferente de otras aproximaciones intersubjetivas, es de data más reciente. En aquel Congreso, presentaba yo un comentario clínico al trabajo de dos psicoanalistas australianos que trataban a una pareja en co-terapia. Janine estaba sentada en primera fila. Intervino, como era frecuente, atenta a las aperturas cuestionadoras. Conversé con ella en varias oportunidades, haciéndome algún lugar, entre tantos que la procuraban. Y fue muy especial, algún intercambio epistolar que pudimos sostener. Yo, iniciando mi recorrido de emigrante, y ella animosa, celebrando los inconvenientes que surgieran como oportunidades para abrir nuevas puertas de conocimiento, casi de aventura vital.

Seguro que habitar otro país es un trabajo interior fuerte, pero es también una experiencia de vida que siempre es creativa y hace ver lo que no se veía y no se podía ver. Cada contexto tiene algo propio que enriquece cuando se puede aprovechar bien. Comunicación personal (2017)

El eje que marca las contribuciones de Janine Puget lo define ella misma “como romper los muros de teorías sólidas para pasar a otras que buscan puntos oscuros desde donde indagar” “Mundos superpuestos hoy”, (2020). Krakov, destacará en su artículo: “El mundo vincular y la clínica psicoanalítica”, (2000) uno de los conceptos centrales en las teorizaciones de Puget. Nos dice el autor:

En 1982, Janine Puget y Leonardo Wender escribieron “Analista y paciente en mundos superpuestos” donde daban cuenta del impacto en sus vidas personales y en su tarea como analistas de un suceso del mundo externo que los implicaba tanto como a sus pacientes. Las teorías de las que disponían no les permitían responder dentro del encuadre que manejaban con los elementos de neutralidad necesario y la atención flotante requerida, desde el momento que se trataban de problemas, en aquellos momentos institucionales, que atañían a ambos, analista y paciente. También quedaba comprometida la transferencia y la contratransferencia. A esa zona de encuentro en común, entre paciente y analista, la llamarían Mundos superpuestos. Notaban que al instalarse una comunicación de tipo especular se interrumpía la función analítica y afirmaban que la problemática de mundos superpuestos se inscribía en el dilema no resuelto de la realidad externa y psicoanálisis.

Este acontecimiento histórico de cuarenta años atrás, no deja de asomar en diversos contextos de nuestro oficio: las polarizaciones políticas que traen consigo interrogantes éticos que atañen al par analítico. En los últimos tiempos, la pandemia del COVID 19, de aparición con efectos letales y duraderos, o la amenaza regional y mundial de problemáticas sociales y territoriales que traen confrontaciones bélicas de dimensiones incontenibles, arriman acontecimientos que tocan a ambos protagonistas con efectos particulares.

La vivencia del analista desde su subjetividad frente a un hecho en común que trae el paciente, nos lleva a considerar la contratransferencia desde otra perspectiva. No digo yo sacarla de nuestro espacio de trabajo, ni desconocerla como una vía para acceder al efecto que el discurso del paciente hace en el analista, inconsciente por demás. Pero sí que es cierto, que la escucha tanto como la respuesta, comportaran nuevos caminos. Las temáticas referidas al “mundo externo” eran entendidas como que contaminaban el campo analítico. No era infrecuente oír de nuestros colegas: “Esperemos que pase esto para retomar de nuevo las verdaderas problemáticas psíquicas que atañen al paciente”, desconociendo que la vertiente de la realidad era un referente también del analista que habitaba su suceder inconsciente.

Puget y Berenstein, en el artículo antes mencionado por Krakov, (2000) señalan:

Los psicoanalistas tenemos gran experiencia para detectar indicadores y pensar formulaciones acerca de los objetos y la estructura del mundo interno, pero tenemos más dificultad cuando se trata de definir y caracterizar representaciones inconscientes de este otro mundo, el sociocultural, al que llamamos transubjetivo. 

Puget destaca, (2020) que un efecto del encuentro con los nuevos paradigmas en la práctica clínica arrima “el principio de la incertidumbre” en la relación analítica, que no es lo mismo que la incertidumbre diaria. Refiere a la lógica del acontecimiento que implica un futuro aleatorio, un presente permanentemente activo como producción subjetiva que da el placer de producir y de pensar con otro, que da lugar a la alteridad o a lo imprevisto. El acontecimiento, terminología con una significación especifica en la lógica vincular, refiere a un antes y un después, que no va a ser repetición del antes. Es un territorio no explorado en un hoy que nos exige hacer algo nuevo. Abre a problemas y dificultades de un orden diferente. Lo entenderá como principio activo a la constitución subjetiva vincular que hace efectos en la clínica tanto como en el discurso del paciente, en tanto no nos dirigimos únicamente a develar un pasado inconsciente presente en el ahora, o a encarar una repetición pendiente de tramitación.

A partir de las indagaciones emprendidas junto a Berenstein, (1988-1997), Puget empieza a marcar una diferencia entre dos lógicas que acontecen simultáneamente en los encuentros: la lógica del uno, la del aparato psíquico individual y la lógica del dos, la de los vínculos, donde lo que sucede es en el presente, en el aquí y ahora y en la que pensar con uno no es lo mismo que pensar con el otro; lugar de alteridad, de lo que es diferente o de lo que interfiere. Son dos lógicas paralelas y heterólogas, ambas constitutivas de subjetividades.

Suscribimos las afirmaciones de Korman, (1996) cuando sostiene que la historia del paciente se sigue escribiendo. No es que todo lo trae el paciente y nosotros develamos significados, tradición psicoanalítica de ricas consecuencias, ciertamente; pero que no alcanzan en la clínica contemporánea que nos convoca. La propuesta, que suscribe Puget, subraya que no es que el analista añade al paciente, es en el entre dos que se construyen nuevos tramos allí donde asomaban unos pocos trazos. Construimos historia en ese hacer entre dos. Lo entiendo como una novedad epistemológica que no desconoce ninguna de las premisas propiamente psicoanalíticas, aunque las use en otra dirección. En palabras de Resnizky (2021) “El sujeto no es un ser, va deviniendo en las interacciones”. Refiere a la imposibilidad de predecir, que irá mostrando de manera irrefutable que el mundo interno de cada quien no es sino una pequeña parte de lo que lo hace sujeto. Osada afirmación que descentrará el inconsciente como único referente de la identidad que se porta. Para Puget, la enfermedad, las vicisitudes laborales o la alteración de la vida diaria no necesariamente pueden entenderse a la luz de las vivencias infantiles o de elementos inconscientes que los precipitan.

El principio de la incertidumbre desde la perspectiva de la subjetividad social llevará a la autora a la articulación teórica de la lógica vincular, la lógica del entre dos, de donde nace la fuerza estimulante de las relaciones entre las personas. Refiere a los “efectos del presente” en el juego terapéutico, lo inasible del otro que hace que la diferencia entre uno y otro se agrande cada vez más. Sostener ese espacio entre dos nos permite acceder a lo que no sabemos del otro y también de nosotros mismos. El analista y el paciente tienen que construir un presente. Tienen que producir algo nuevo en tanto lo que saben del ayer no les alcanza, al tiempo que hay un después que cambia la historia. La incertidumbre es organizadora de las incertezas, principio fundamental de la subjetividad social. La ilusión de que el otro sea como yo imagino no es posible. Se trata de desconocerse a sí mismo y hacer algo con las diferencias. Los eventos sociales muestran la vulnerabilidad del sujeto, no solo desde su acontecer psíquico, y/o de sucesos traumáticos; sino desde lo incierto del presente y del futuro, de una vida intervenida por acontecimientos desestabilizadores hasta catastróficos que interrumpen el diario vivir. En el pensar psicoanalítico de Janine Puget se trata de acceder a dos lógicas. La lógica traumática tanto como la lógica del acontecimiento. La inesperada guerra que ha emprendido Rusia contra Ucrania, deja a la fecha cerca de cinco millones de personas que han huido después de perder todas sus pertenencias y, muchos, a familiares inmediatos. De qué tratará su nueva existencia en nuevos países, en culturas disímiles, en condiciones de refugiados que dejan atrás lo que hasta ayer sostenía sus vidas. Qué efectos traerán para ellos todos estos eventos traumáticos desde lo social, con inevitables y muchas veces impredecibles respuestas psíquicas. Puget nos asoma el vasto mundo que se abre a los psicoanalistas para pensar lo social desde la lógica vincular como “un acontecimiento”. Otrosautores lo han aventurado como una nueva tópica para conceptualizar el psiquismo del sujeto.

Janine fue una guerrera. A diferencia de lo que decía un colega, “los psicoanalistas somos conservadores, ¿y cómo no serlo”?, refiriéndose al temor de que se perdiera el legado freudiano, Puget encaró el psicoanálisis para darle otras vertientes. Celebramos hoy, una vez más, su figura pilar en el psicoanálisis contemporáneo por la apertura de su pensamiento y las consecuentes innovaciones creativas que dan nuevos aires a un oficio que no deja de repensarse.

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Resumo: Destacar algumas ideias centrais nas teorias de Janine Puget é a proposta deste trabalho. Pretendo destacar contribuições inovadoras como a psicanálise do vínculo, a lógica do dois e outras abordagens de teor metapsicológico, para dar conta de uma linha de pensamento central na prática psicanalítica contemporânea, voltada para o sujeito em seu futuro com o mundo social.

Descritores: Vínculo, Intersubjetividade, Outro, Evento, Incerteza, Subjetivação.

Summary: To highlight some central ideas in the theorizations of Janine Puget, is the main purpose of this work. I intend to underline some innovative contributions such as linking psychoanalysis, the logic of two, and other approaches of metapsychological tenor, that account for a central line of thought in contemporary psychoanalytic practice, facing the subject in his becoming with the social world.

Descriptors: Link, Intersubjectivity, Other, Event, Uncertainty, Subjectivation.

Referencias

Alvarez de Lugo, C. (2018). Encuentro con Janine Puget. Entrevista con Psicoa-nalistas. T(R)ópicos, 26(1).
Bianchi, I. (2019). Una charla con Janine Puget – Psicoanálisis vincular. https://deinconscientes.com. De Invenciones
Krakov, H. (2000). El mundo vincular y la clínica psicoanalítica. Aperturas psicoa-nalíticas, 6.
Legfald, A. (2020). La partida de Janine Puget, una analista de dos mundos. Blog da Rede Iberoamericana de Pesquisadores em História da Psicologia. https://ripehp.com/2020/11/12/la-partida-de-janine-puget-una-analista-de-dos-mundos/
Puget, J. (2015). Subjetivación discontinua y psicoanálisis. Buenos Aires: Lugar.
. (2015). Conceptos de Freud en la metapsicología de hoy. Psicoanálisis, 37(2-3), 239-273.
Resnizky, S. (2020). Laberintos de la vincularidad. Revista de psicoanálisis de Guadalajara, 14, 11-22.