Director Comisión de Publicaciones
Tres temas atraviesan el presente número: el sentimiento de culpa, los 100 años de la escritura de “El sepultamiento del complejo de Edipo” y el centenario de la muerte de Kafka.
Apenas el nombrarlos vislumbra entre ellos cierta relación estructural. Como si uno no fuera sin los otros, anudados por un invisible hilo rojo: sus profundas relaciones pueden estirarse o enredarse, pero nunca romperse.
Dicho de otro modo, si intentáramos trazar las relaciones fundamentales entre el oscuro sentimiento de culpa y el castigo difícilmente podríamos omitir la lectura de los textos freudianos sobre la complejidad edípica, la de “Los que delinquen por conciencia de culpa’, ni la de algunos textos de Kafka.
Seguir el hilo que la articulación de estos temas produce puede figurarnos un interminable crecimiento rizomático: La culpa, el castigo, lo edípico; el incesto, la ley, el complejo paterno; el remordimiento, el proceso, la condena y así…
Temas que tanto por fundamentales como por universales impactan en el centro de nuestra práctica clínica diaria.
Parte de este rizoma de temas esenciales del psicoanálisis es oportunamente abordado por las contribuciones que hemos recibido para este número y agradecemos inmensamente.
Dos están en el Dossier sobre el sentimiento de culpa, dos en el apartado que pone en contexto actual a El sepultamiento del complejo de Edipo y otras tres que aluden, en clave psicoanalítica, al centenario de Kafka.
Siguiendo luego la orientación hacia temas fundamentales de nuestra disciplina publicamos un significativo texto que formó parte de la apertura del último congreso argentino y a continuación, como es habitual en nuestra revista, sumamos tres trabajos libres que han sido rigurosamente arbitrados. Para todos ellos un amplio agradecimiento.
Sabemos que estos breves comentarios introductorios sobre los textos, que esperamos sean provechosos para sus futuros lectores, no le hacen justicia a la complejidad que ellos se animan a abordar.
Y si bien algo nos habrá faltado decir, seguimos hacia adelante, evitando ponernos culposos. Como acertadamente expresó Kafka, no hay necesidad de mirar desde muy cerca para ver que el sentimiento de culpabilidad no es nada más que la exigencia de volver atrás, borrando la obra del tiempo, liberándose de toda falta.