María de la Paz Perez Calvo: Licenciada en Psicología. Doctora en Psicología. Docente de Extensión Universitaria en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino y la Universidad Nacional de Villa María. Investigadora en las áreas de la psicología y la literatura. Directora de la Diplomatura y Seminarios de Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Nacional de Villa María. Vicedirectora del Departamento de Literatura Infantil y Juvenil “Doctora Juana A. Arancibia” del Instituto Literario y Cultural Hispánico (California). Coordinadora de las Actividades Académicas de las Diplomaturas de la Sociedad Argentina de Escritores. Diplomada en Teoría y Producción Literaria. Diplomada en Literatura Infantil y Juvenil. Capacitación en Pedagogía. Capacitación en Psicoanálisis y prácticas socio-educativas. Psicóloga clínica. Escritora.
Resumen: La metamorfosis es un relato donde se narra la transformación de Gregorio Samsa, un viajante de comercio de telas, en un monstruoso insecto. Por la cantidad de simbología que presenta la obra, incluso con la característica de una escritura de extrema y deliberada claridad de estilo (la transformación en un inmenso insecto es narrada con normalidad pese a la monstruosidad del hecho) la más conocida de las narraciones de Kafka plantea numerosas variantes de interpretación. La novela La metamorfosis es una narración de gran riqueza de significados, una alegoría perturbadora que presenta al lector una realidad opresiva e inquietante donde quedan plasmadas las angustias del ser y las aberraciones de un mundo incomprensible, mutante, absurdo y aterrador.
Descriptores: Kafka, Franz, Alegoría, Metamorfosis, Mito.
Fue en octubre de 1915 cuando se publica por primera vez La metamorfosis, de Franz Kafka (en alemán Die Verwandlung, también traducido como La transformación). Es una novela corta publicada en la revista Las hojas blancas (en alemán Die weissen Blätter) de Leipzig, Alemania. La primera edición en formato de libro saldría poco después, en diciembre de ese mismo año.
La metamorfosis es un relato donde se narra la transformación de Gregorio Samsa, un viajante de comercio de telas, en un monstruoso insecto, y el impacto que este acontecimiento tendrá no sólo en su vida sino en la de su familia. Esta obra, y en general toda la escritura de Kafka, se caracteriza por una síntesis de absurdo, ironía, parodia, fantasía, dolor y lucidez, y una marcada vocación metafísica. Precisamente por la cantidad de simbología que suele encontrarse en La metamorfosis es que ha llevado a incontables estudios y análisis críticos. Incluso con la característica de una escritura de extrema y deliberada claridad de estilo (la transformación en un inmenso insecto es narrada con normalidad pese a la monstruosidad del hecho) la más conocida de las narraciones de Kafka plantea numerosas variantes de interpretación.
Franz Kafka nació en Praga en 1883, hijo mayor de un matrimonio judío. Falleció en Kierling, Austria, en 1924. Se cumple este año el centenario de su muerte y valga este ensayo como homenaje.
Aunque nacido checo Kafka escribió en lengua alemana. La mayoría de su obra nos ha llegado póstumamente y contra su voluntad porque había ordenado a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que quemara todos sus manuscritos tras su muerte.
En 1913 publicó, acuciado por la insistencia de Brod, su primer libro, Meditaciones. En esta obra, creada a partir de fragmentos de su diario personal, Kafka despliega un estilo espiritual lírico, melancólico y metafísico. El libro tuvo poca difusión pero fue elogiado por el círculo de sus amigos. Los siguientes libros también pasarían desapercibidos, fuera de ese círculo de íntimos amigos y seguidores incondicionales. El mismo año, 1913, publica La condena, un relato donde narra el conflicto entre un padre viejo y enfermo que recobra de repente su vigor para maldecir a su hijo porque éste tan sólo deseaba vivir su propia vida; esta obra presenta un tema de tinte autobiográfico que se repetirá en una de sus obras póstumas, Carta al padre.
Entre 1914 y 1919, en un contexto político-social de tensa magnitud como fue la Gran Guerra, con el ánimo melancólico por el rompimiento de su noviazgo con Felice Bauer y con los primeros síntomas de la tuberculosis aparecidos en 1917, enfermedad que sería la causante de su muerte, se produce su prolífica etapa creativa. Durante estos años redactó las obras más características de su producción. Pero Kafka no sabrá del impacto que provocará su escritura en la sociedad moderna, así como tampoco llegaría a vivir la angustia de la Segunda Guerra mundial ni el horror de los campos de concentración ni sabrá que en éstos sus tres hermanas, a las que estaba tan unido, encontrarían la muerte.
En 1915 escribirá y publicará La metamorfosis, sin mayor éxito. Años después aparecerán En la colonia penitenciaria (1919) y el volumen de relatos Un médico rural (1919) pero todas las restantes obras de Kafka no serían publicadas hasta después de su fallecimiento. Títulos esenciales de su producción, como Carta al padre (a partir de una carta escrita a su padre en 1919, y que su padre nunca recibió; el libro con la carta y otros relatos fue publicado en 1952) o su primera novela propiamente dicha (las demás obras son novelas cortas) El proceso, escrito en 1914 y publicada en 1925 o El castillo (comenzada en 1922, publicada inconclusa en 1926) se hubiesen perdido para siempre de no haber incumplido su amigo Max Brod su orden de quemar los manuscritos.
Kafka no llegó a ver que su obra se constituyó en una de las cumbres de la literatura alemana y que se cuenta entre las más influyentes e innovadoras del siglo XX. Sus textos no conservan el estilo realista y abigarrado que caracterizó a la literatura hasta fines del siglo XIX. Despojados del estilo clásico, con un tinte inusual, fantástico y angustioso, dan inicio a una profunda renovación de la novela europea. Si nos detenemos en La metamorfosis, objeto de nuestro estudio, encontraremos una narración de gran riqueza de significados, una alegoría perturbadora que presenta al lector una realidad opresiva e inquietante donde quedan expresadas las angustias del ser y las aberraciones de un mundo incomprensible, mutante, absurdo y aterrador.
Vemos que la obra de Kafka está dotada de carácter simbólico, con reminiscencias de preguntas místicas sobre el sentido del ser y la existencia y otras inquietudes que se narran entre fenómenos excepcionales y trascendentes. Estetipo de relatoque cuenta acontecimientos extraordinarios y memorables, que involucran a seres mágicos o sobrenaturales, como el monstruo en que se convierte Gregorio Samsa, un relato que con su carga de significantes sirve para transmitir algún mensaje, creencias y valores a las generaciones futuras, es lo que comúnmente llamamos mito.
Si entendemos por mito a unaforma narrativa en que una cultura busca comprenderse a sí misma, comprender el universo y definir lo que está bien y lo que no, y es un texto ameno, fácil de recordar, con una estructura lógica de causa y consecuencia, podremos considerar que La metamorfosis cumple con todas esas condiciones. La obra se alza, desde la primera década del siglo pasado, como un mito nacido en y para las sociedades contemporáneas. No solo expone con los velos más o menos sutiles de la ficción literaria los peligros de aquella, su sociedad industrial y mecanizada, sino que transcurrido el tiempo todavía plantea y responde a las inquietudes que nos sacuden en el amanecer de este nuevo milenio.
Detengámonos unos instantes en este tipo de relato. La función del mito, según el enfoque funcionalista plasmado en los estudios del antropólogo austrohúngaro Bronislaw Malinowski, quien examinaba qué rol cumplen los mitos en la vida cotidiana, vemos que funcionan como refuerzo de conductas y argumento de autoridad con la intención de transferir a las nuevas generaciones una enseñanza no explícita. Por eso, no se trata de un consejo o moraleja explicitado, sino que transmite algo mucho más profundo: un conjunto de sentidos, de valores, de usos que forman un sistema cultural.
Para Freud, la influencia del mito en la mente humana deriva de la manifestación de nuestros más profundos deseos, miedos y necesidades; según su hipótesis los mitos sirven como justificantes para aquellos pensamientos que consideramos inapropiados o inexplicables y que pueden ser expuestos mediante la búsqueda de una historia que nos ayude a mediar social e individualmente con aquello que reprimimos. Así pues, cuando el mito está bien asentado dentro del núcleo social, el hombre lo toma como modelo de ejemplificación y termina siendo visto como un medio para llegar a determinado fin de conocimiento.
¿Qué tiene La metamorfosis de enseñanza mítica? Tomemos como primera característica del mito su forma y contenido: la forma del mito es la narrativa y su contenido son las preguntas existenciales de la humanidad: la creación de las cosas, el origen de las tradiciones, las preguntas sobre la muerte, el sentido de la vida, el destino de la humanidad, etcétera.
Esta novela es un largo relato que aborda las preguntas sobre la vida y la muerte. El mundo de Samsa, que era su casa, su trabajo y el mundo pues se dedicaba con mayor o menor gusto a viajar como viajante de comercio, ha quedado reducido a una habitación. Una habitación primero despojada, para que pudiera mover con mayor libertad el cuerpo inmenso que trepaba a techos y paredes, pero que con el paso de los días pasó a ser la habitación de aquellos muebles que la familia arrinconaba o desechaba por inútiles.
El escenario reducido refleja los acontecimientos de la época. Hasta 1914 los pueblos de los cinco continentes han visto y vivido incontables guerras a lo largo de su historia. No es una humanidad ingenua ni inocente cuando de conflictos bélicos se trata. Pero ninguna guerra anterior a 1914 parece haberse desarrollado como la que inició el año que precede a la publicación de La metamorfosis. ¿Qué verían Kafka y sus contemporáneos por aquellos años? Que el mundo tal como se lo conocía está desapareciendo; se achica, se vuelve opresivo. Ya no hay viaje seguro. El mundo ya no es el hogar conocido y, sumado a eso, el hombre se transforma. La voz del ser humano no puede exclamar como el Gregorio Samsa anterior a su transformación “¡Qué vida tan apacible lleva la familia!” (pág. 14) porque la visión que se presenta ante la humanidad es la de un mundo como una habitación oscura y solitaria que alberga a un monstruo. La idea de la metamorfosis o transformación aparece ya en las formas más antiguas de la literatura. En la mitología y en los cuentos tradicionales la metamorfosis, transformación, mutación o cambio de forma se logra por medio de un poder sobrehumano adquirido o heredado, por intervención divina, por manipulación de un ser demoníaco, la magia o por encantamientos. En muchos casos la transformación suele ocurrir como castigo de los dioses a los humanos que los hicieron enojar.
Pero la pregunta de la persona contemporánea nunca llega a ser ¿por qué? sino “¿Qué me ha ocurrido?” (pág. 2)
¿En qué se estaría transformando el ser humano, este humano que se ve inmerso en una guerra colosal? ¿Qué vería Kafka, qué reflexionaría este ciudadano de la Alianza, hijo de este Imperio Austro-Húngaro aliado al Imperio Alemán frente a los cuales las demás potencias mundiales se alzan o se irán alzando a lo largo de un largo conflicto?
¿No es acaso la humanidad quien está representada en este Gregorio Samsa? Una humanidad cambiante debido a las circunstancias; seres humanos que, pasado el tránsito de la transformación, sin pretender lastimar ni perjudicar, advierten que sus intentos por sobrevivir son vistos como agresivos y sus palabras no son suficientemente claras para darse a entender.
¿Somos monstruos los seres humanos en nuestras intenciones, en nuestros deseos más profundos?
Explican los estudiosos que los mitos responden imaginariamente a preguntas humanas fundamentales y que les dan forma, las convierten en un relato y una serie de valores. Por eso, son importantes para las culturas de las que surgen. Además, reflejan y contienen los valores, principios y razonamientos subyacentes de la cultura donde se originan. Para Freud, los mitos expresan deseos inconscientes y universales que todo humano puede reconocer como propios. Las decisiones de Edipo, los anhelos de Electra son modos literarios en que se ponen en escena deseos inconscientes y reprimidos. Las grandes obras literarias que maravillaron a Sigmund Freud son una anticipación ficcional de lo que luego será la descripción del inconsciente.
En La metamorfosis se nos presentarán, más o menos explicitas, distintas versiones de los deseos, los más inconscientes excesivos y transgresivos como la crueldad, la violencia, la perversión y el incesto, y el más conscientemente aceptable y socialmente deseable como es la sublimación, esta tramitación adecuada al fin, según palabras de Freud1, que puede resolver el conflicto entre el deseo inadecuado inconsciente y la represión.
1. Freud, S. (1910[1909]) “Cinco conferencias sobre psicoanálisis”. Obras completas.
Si ciertas ficciones literarias tienen una semejanza con puntos de desarrollo del inconsciente no es extraño que la literatura y el psicoanálisis posean un vínculo tan estrecho. En el análisis de los mitos se ha estimado, como segunda característica, que presentan conceptos contrarios binarios e irreconciliables como serían la creación y la destrucción, la vida y la muerte, las deidades y los hombres, el bien y el mal, la guerra y la paz. Es Claude Lévi-Strauss (1978)2, desde un enfoque de estudio estructuralista, quien proponía buscar en los relatos míticos estos polos de sentido o de valoración para hallar un significado totalmente diferente del significado previsto, siendo que éstos definen los nodos filosóficos de la cultura a la que pertenecen.
Cuando de Gregorio Samsa nos dice la obra que “a pesar de su triste y repugnante forma actual, era un miembro de la familia” nos plantea esta dicotomía sobre la humanidad: hay bandos, hay enemigos irreconciliables en el mundo, existen divisiones por fronteras o por posturas ideológicas o políticas, se advierten adversarios tildados de “repugnante forma”. Pero, incluso así son, somos, miembros de la misma familia humana. Estas dualidades opuestas son parte del mundo, así como son parte del individuo, y el individuo lo sabe. No creo equivocarme al afirmar que los terapeutas intentamos aliviar el azoramiento, el temor y las inquietudes del sujeto que iniciará un camino de autoconocimiento a través de su análisis y que teme encontrar dentro de sí un aspecto oscuro, terrible, repugnante. Nuestras palabras intentan dar confianza: no temas, no hay nada tan monstruoso dentro de ti que te impida reconocer que también existe lo luminoso.
2. Levy-Strauss, C. (1978). Mito y significado.
Los mitos pretenden brindar una reconciliación de dichos contrarios irreconciliables con el fin de calmar las angustias de la existencia; ofrecerán un cierto sentido de equilibrio y armonía, de justicia y de paz. El metamorfoseado en monstruo pensaba en su familia “con cariño y emoción”. La madre grita “Dejadme entrar a ver a Gregorio, pobre hijo mío” (pág. 18-19); el amor persiste aun sabiendo que verá algo bestial.
A pesar de las acciones terribles que el ser humano puede cometer somos capaces de amar y somos merecedores de amor y quizás, más todavía, pobre humanidad, somos dignos de compasión.
Como el mito es un discurso que combina propiedades de la lengua y el habla, de lo temporal y de lo intemporal, que devela acontecimientos que, aunque inscritos en el tiempo, no desaparecen con el paso del tiempo sino que permanecen como un sistema estructural, es apto para acceder a la subjetividad humana. Según diversos teóricos de la corriente simbolista, entre los que se encuentran Carl Jung o Gastón Bachelard, lo que se valora de los mitos es el símbolo, sus conceptos arquetípicos que se vinculan con la psique a un nivel casi universal.
Así, cuando la obra nos dice en su primera oración que después de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto, este intranquilo sueño que precede al hombre transformado, ¿qué simboliza? ¿Preanuncia la mutación? ¿El inconsciente está intranquilo y esto provoca la metamorfosis? ¿O será que, porque está mutando, es que duerme intranquilamente?
El sueño intranquilo, ¿estará motivado por el estrés? ¿Por emociones perturbadoras? ¿Qué provoca en el humano moderno el sueño intranquilo? ¿Qué pensamientos, qué decisiones dificultan la tranquilidad del sueño?
Son incontables los sueños intranquilos cuyas consecuencias negativas para el estado físico y emocional resultan especialmente graves. Los pensamientos se agolpan en la mente y dificultan conciliar el sueño. Si el malestar se prolonga en el tiempo y llega a hacerse crónico, la metamorfosis se vuelve inevitable.
Cualquier esfuerzo por encontrar las respuestas, la razón del fenómeno extraordinario está condenada al fracaso y a la desesperación, al castigo y a la represión. En la novela Gregorio atribuye su estado al fastidio por su trabajo, al estrés, a un resfrío, argumentos que se plantea sin mucho convencimiento. Los familiares de Gregorio ni siguiera eso, no buscan que alguien pueda explicar qué ha pasado, no ruegan a Dios ni maldicen su suerte, explica Pilar Rodríguez3. Lo que hacen es cerrar la puerta y encerrar a Gregorio minimizando su existencia y deseando, cada vez menos en secreto, su muerte. Gregorio mismo llega a ver esta resolución como la única salida posible para terminar con esa situación inusual y turbadora: “… Pensaba en su familia con cariño y emoción, su opinión de que tenía que desaparecer era, si cabe, aún más decidida que la de su hermana.”
La hermana es un personaje central en este drama. Asociada alegóricamente a la juventud es quien asume la tarea de alimentar esta humanidad nueva, terrible, a la que mira expectante. El aspecto de Gregorio Samsa ya no es motivo de especial asombro para ella, pero sigue siendo insoportable en especial cuando se lo encuentra junto a una ventana “realmente colocado para asustar” (pág. 19). Cuán representativa es esta figura de la juventud actual, que “no sin cierto derecho se había acostumbrado a aparecer… como experta al discutir sobre asuntos concernientes a Gregorio” (pág. 21), juventud que mira una realidad “realmente colocada para asustar” pero que intenta sobreponerse para hacerla más llevadera. Una frase escuchada reiteradamente en boca de los jóvenes de este siglo XXI resume, un poco en broma, un poco sin burla, qué hacer frente a un mundo que muestra algunos aspectos metamorfoseados en algo inhumano: “Finjamos demencia y sigamos adelante”.
3. Rodríguez, P. (2019). La metamorfosis: el juego de la verdad en filosofía.
¿Y qué podríamos decir de los padres? En palabras de Gregorio, “los padres, de hecho, ya sufrían bastante” (pág. 15) Bien podrían ser reflejo de las sociedades humanas antes de esta época convulsa de la primera década del siglo XX. El siglo llegó revolucionando políticas y culturas sociales, para bien y para mal. Ideas nuevas en todos los órdenes de las cosas, nuevos modos de forjar las economías de los países, sus libertades, sus guerras, sus ocios y sus negocios. El siglo XX nace con la arrogancia de un joven pujante, que arrasa con usos y costumbres. El padre y la madre de Gregorio son alegorías de la sociedad: “el padre era ciertamente un hombre sano, pero ya viejo, que desde hacía 5 años no trabajaba y que… no debía confiar mucho en sus fuerzas. Durante estos cinco años, que habían sido las primeras vacaciones de su esforzada y, sin embargo, infructuosa existencia, había engordado mucho y por ello se había vuelto muy torpe. ¿Y la anciana madre?… padecía asma… un paseo por el piso producía fatiga… pasaba uno de cada dos días con dificultades respiratorias tumbada en el sofá…” (pág. 18)
Uno refleja los usos y costumbres sanos, pero perimidos, viejos. La irrupción de nuevos modos de convivencia humana va quitando fuerza a los modos antiguos, entre los que podemos mencionar las formas de trabajo que, por más esforzadas y sacrificadas que hubieran sido resultan infructuosas para sostener en un nivel aceptable de confort y bienestar a la sociedad.
La madre son las formas sociales afectivas pero enfermas, fatigadas e inútiles en el contexto actual.
Cuando poco después el padre está “derecho, erguido, bien peinado y vestido” (pág. 24) refleja cómo las formas antiguas recuperan sus fuerzas cuando los nuevos modos del accionar humano no pueden sostener el bienestar que habían propuesto. Cuando las nuevas formas no dan resultado las sociedades, así como los seres humanos, retornan, más o menos conscientemente, a hacer lo ya conocido.
La alegoría que asocia el espantoso insecto con el ser real, deshumanizado por una cultura que altera y trastorna, pero en quienes, en ambos casos, perdura la conciencia de sí mismo, llega hasta el desenlace: “En ese estado apacible y letárgica meditación permaneció hasta que el reloj de la torre dio las tres de la madrugada. Vivió todavía el comienzo del amanecer detrás de los cristales. A continuación, contra su voluntad, su cabeza se desplomó sobre el suelo y sus orificios nasales exhalaron el último suspiro”.
Después de la muerte de Gregorio hay tres páginas que relatan lo que la familia, los huéspedes de la casa y la empleada doméstica hacen, incluida una mención sobre un oficial de carnicero subiendo las escaleras.
Las más reconocidas Teorías del Cuento hacen alusión a que, si un objeto es mencionado en la obra o si aparece un personaje, ese objeto o ese personaje deben ser relevantes a la trama. Por este motivo llamará la atención la aparición del oficial carnicero subiendo las escaleras poco antes del fin de la novela. Es un personaje que tiene esa única aparición y no se lo vuelve a mencionar. Sin embargo, no desconocemos las más renombradas teorías del cuento: si aparece un personaje éste debe ser relevante a la trama. Lo cual nos lleva a un punto de conexión algo siniestro, donde este oficial carnicero mencionado casi indiferentemente queda relacionado con lo que más tarde ocurrirá, cuando la asistenta exclame con grandes sonrisas: “No tienen que preocuparse de cómo deshacerse de la cosa esa de al lado Ya está todo arreglado” (pág. 36). Estas dos breves referencias aparentemente inconexas quedan asociadas y nos sugieren algo macabro.
Toda la obra trata de algo primitivo. Como muchas alegorías y mitos es una historia trágica sobre la violencia: violencia en el seno de las familias, de las guerras en el mundo y de la opresión de las sociedades perniciosas que mutilan el ser. El que siga habiendo tantos Gregorios Samsa en el mundo se debe a que el ser humano se somete a las imperiosas necesidades de la sociedad o de la tecnología aniquilándose como individuo.