A MODO DE INTRODUCCION

Transcurre el año 1965. Soy Médico Residente del Servicio dePsicopatología del Policlínico Aráoz Alfaro, en Lanús, cuyo jefe esMauricio Goldenberg. Una de las actividades previstas para nuestraformación es la observación de grupos integrados por los pacientesinternados. En ellos hablan no sólo de sus problemas personales sinotambién sobre temáticas relacionadas a la convivencia entre ellos ycon médicos y enfermeras. Nuestra tarea es tomar nota tanto de lo quese dice en el grupo como de nuestras apreciaciones acerca de ladinámica grupal. Luego discutimos nuestras observaciones con losdocentes.1 Las reuniones son coordinadas por un médico de planta.Anoto mis impresiones en un estado de expectación abierta, semejan-te a la que más adelante conoceré como “atención flotante”. Medeslizo, sin sentir que estoy contrariando ningún mandato, hacia elexperimento de efectuar un registro de la observación apelando allenguaje poético. Nadie objeta. Quizás a nadie le importa demasiadosi mi modo de encarar la tarea asignada es resuelto de una forma tanpoco convencional. El clima de libertad permite ensayar nuevasintuiciones que se abren a desarrollos originales. Dicha libertad noestá en cuestión, está instituida.